Hola, me llamo Daniel y soy villamelón II

Un buen villamelón se alegra por cualquier resultado. Al final no entiende cómo un equipo pierde ganando.

Un buen villamelón se ríe de que otros festejen la derrota. A ver, ¿cómo?

Un buen villamelón no sabe de cambios pero sospecha de ellos.

Un buen villamelón no entiende bien lo de las tarjetas, pero cuando ve una roja lo festeja.

Un buen villamelón espera que su equipo siga ganando por dos goles, aunque no sepa cómo se hace eso.

Un buen villamelón no entiende de jerseys pero le hace la lucha.

Un buen villamelón piensa que el jugador que metió gol hizo sólo su trabajo.

Un buen villamelón no se emociona, analiza con limitados conocimientos.

Un buen villamelón no observa el partido hasta que escucha que los comentaristas se emocionan.

Un buen villamelón no se emociona ante casi nada, excepto cuando su equipo llega al área chica.

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